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lunes, 29 de noviembre de 2010

AMAZONAS
La última frontera de la vida
Haciendo un poco de historia, es realmente 8 años después que Cristóbal Colón
toca tierras americanas y escasos 2 años de haber hecho contacto con nuestro territorio venezolano, que el español Vicente Yánez Pinzón, al encontrarse por el Sur del continente con un gigantesco río, le da el nombre de “Santa María del Mar Dulce”. Aún Así, la verdadera exploración se inicia desde Tierra Firme 41 años más tarde, partiendo desde la ciudad de Quito, al mando de Gonzalo Pizarro, y este le encarga a Francisco Orellena que se adelante, descendiendo por el cause fluvial hasta el Atlántico, el 26 de Agosto de1542, después de una increíble travesía narrada ala historia por Fray Gaspar de Carvajal. Allí es mencionado el combate que sostuvieron los españoles con un grupo de mujeres nativas que peleaban como 10 hombres, y así desde, ese entonces es río se llama “De Las Amazonas”.

De allí en adelante la historia escribe con más claridad las intensiones de estos
exploradores, pasando en 1560 por la expedición que sublevó el asesino López de Aguirre autoproclamándose Rey de las Amazonas. Para 1637 una expedición
portuguesa, al mando del Capitán Pedro Teixeira, remonta el curso del Amazonas hasta Quito, en el tiempo record de 8 meses. En el viaje de vuelta es acompañado por el padre jesuita Acuña, que daría “fe de todo lo descubierto y de la propiedad de los territorios”. Es así, como a partir del siglo XVII el reparto de la amazonia quedó definitivamente fijado: la mayor parte es para Brasil y permanecerá bajo el dominio de Portugal, el resto para España repartido entre Venezuela, Colombia, Perú y Bolivia.

Ya para ese entonces, la idea de sacar provecho estaba inscrita en la mente de los hombres que penetraban esta zona, y el mismo Acuña afirmaba que el Amazonas "invitaron generosidad a toda clase de gente que se beneficie de él”. En los 3 próximos siglos toda clase de gente sobre todo sin escrúpulo alguno consolidó por diversos mecanismos la explotación amazónica.

Desde esos días hasta la actualidad esa tendencia no ha variado, sino únicamente en los nuevos medios y mecanismos utilizados que son ahora más intensos y más eficaces, demostrando cada vez más su contundente efecto en esta intensa modalidad de intervención.

¿Por qué después de varios años no ha variado esta tendencia de explotación y
ocupación? Tal vez porque somos hijos directo de esa cultura o de ese modelo de vida que se impuso en forma indiscutible y que ha evolucionado hasta consolidar nuestro más recientes valores y conceptos sobre el mundo que nos rodea. Ahora, cuando la gran mayoría rechaza esa página negra de nuestra historia, llena de crueldades e injusticias y altamente explotadora, que significó la conquista de los españoles en este continente, todavía seguimos utilizando esa palabra hacia esa zona Sur que no se ha conquistado plenamente, arremetiendo con nuestro avasallante “progreso industrialista”. Todas las personas con ese estigma de nuestra cultura industrial, se dirigen al Sur de nuestro país, lleva dentro su Cristóbal Colón y así esos COLONos cambian drásticamente lo que les rodea, obligando a su entorno a adaptarse a ellos y no a la inversa.

Mientras la sociedad actual se hunde en una crisis terrible por la superficialidad
y artificialidad que la mantiene, se piensa que al acercarse a estos verdaderos santuarios a la vida e intervenirlos, nos da a entender; como toda esa área natural de la región del Amazonas, constituye con su explotación y ocupación verdaderas transfusiones que intentan levantar el cadáver que representa ese modelo de vida que agoniza cada vez más. Así, tenemos que romper con los falsos mitos que se han perpetuado ante el señorío de nuestra ignorancia sobre el maravilloso orden natural y su relación con la presencia de la vida misma sobre el planeta:
1er Mito) El primero de ellos es creer que podemos seguir fragmentando el Amazonas en pedazos Venezolanos, Colombianos, Brasileños, etc. Pues para entender sus funciones, se tiene que observar como todo un bioma que trabaja u opera en forma integral, y así eliminar nuestra errada concepción de que nuestra injerencia termina con ese limite territorial, que existe solo en nuestras mentes o en los mapas que hemos dibujado.

Existen dos aspectos fundamentales en que se pude basar la delimitación o
extensión de esa especial área del planeta: el primero de ellos en referencia a las áreas de sus sistemas hidrográficos, ubicándose la cuenca del río Orinoco y la del río Amazonas (este último con 7 millones de Kilómetros cuadrados).

Pero debido a la topografía y orogénesis dominante que conllevan a que en algunas zonas la divisoria de agua tienda incluso a casi disociarse, existe una evidente comunicación entre los dos sistemas hidrográficos. Por esto se ha usado para definir esta zona con mayor propiedad la extensión original y actual del Bosque Tropical Húmedo en esta zona central y norte de Sud-América.

2do mito) El segundo de ellos es pensar que esa área amazónica mayormente despoblada y lejana no tiene influencia alguna sobre nosotros; Es un hecho que si analizamos a las áreas mayormente intervenidas de las ciudades como sectores territoriales, donde no se produce ninguno de los elementos necesarios para mantener la vida de esa densa población que allí se ubica, empezamos a comprender por qué el agua, la energía y los alimentos que se consumen en gigantescos volúmenes por los centros urbanos, provienen de otras áreas que a su vez dependen climática e hidrográficamente de zonas naturales no intervenidas. Estas áreas solo realizan estas funciones vitales en el sostenimiento de la vida en general, precisamente por sus características de no intervenidas o despobladas. Es innegable la enorme función hidrográfica de BTH al sur de nuestro país, sobre todo porque permite el mayor aporte en el caudal del Río Orinoco, debido a su evidente función de regular la escorrentía superficial de agua para retenerla en los periodos de lluvia en estas cuencas del sur. Nada más la hoya hidrográfica del Orinoco ocupa ¾ partes del territorio, incluyendo la zona norte.

Uno solo de sus afluentes, el Caroní, produce casi el 80% de la energía eléctrica
que mueve al país entero y su cuenca, ocupa el 10% del territorio nacional. Esta cuenca por sus características geológicas, depende casi exclusivamente de la presencia de esa masa forestal que trata de mantener estable el caudal del río que llega al embalse Guri. Es imposible evitar pensar que esa enorme masa forestal de BTH sudamericano de alrededor de 5 millones de km2, no tenga alguna influencia sobre la región colindante. De esta manera, mientras en Brasil serios estudios han demostrado que la mitad de las lluvias que caen sobre la selva depende directamente sobre la presencia de ese Bosque. Aquí en la región colindante norte que ocupa nuestros países no hemos analizado la relación entres el inicio del periodo de lluvias y la llegada al territorio de un viento que sopla precisamente desde el sur y que define los mas altos niveles de precipitación hacia el sur del territorio, con respecto a las zonas alrededor de los
litorales costeros ubicados en la parte norte del país.

Todavía esta por cuantificarse la influencia de la alta evapotranspiración de esos BTH y la incorporación de apreciables volúmenes de agua a las masas de aire que circulan a través de esta zona.

Si se define un gradiente pluviométrico orientado hacia la zona nor-oeste del
BTH (Sur de Venezuela y Colombia), es difícil suponer que ese incremento en la carga de humedad cesará en el borde que define la extensión del Bosque Tropical Húmedo para esta zona. Esto quiere decir que nuestro país esta influenciado climáticamente por la masa de BTH al sur del río Orinoco.

Entre los ejemplos terribles tenemos el efecto que esta teniendo, la reducción de
la extensión del BTH africano (cuenca del río Congo) y los cambios que han sufrido en los últimos años el patrón de humedad de los vientos que atraviesan esa zona antes de llegar a la ahora desolada y seca zona del Sahel Oriental, donde la hambruna diezma trágicamente la vida. ¿Qué le puede esperar a nuestro país a la misma latitud geográfica de Etiopía. cuando la rata actual de destrucción del BTH solamente en Brasil supera más de 5 hectáreas por cada minuto que transcurre?

3er) El tercer mito se relaciona con los habitantes de Amazonía: Estos se están
incorporando aceleradamente a nuestro modelo civiliza torio, como otro grupo
marginado más de nuestro país; Creemos que los ayudamos al reivindicarles en sus luchas materiales por tener un puesto en nuestra flamante sociedad, que hasta hace poco desconocían: Las comunidades nativas están cambiando bruscamente su cultura y así directamente también su relación con el entorno. Cada una de sus actividades anteriores han sido superadas y cambiadas, bajo un modelo de vida que lo deslumbra y atrae poderosamente:

Ahora los tradicionales conucos indígenas son más frecuentes, junto con el peligro de los incendios, pues se intenta cultivar yuca no solo para el sustento familiar.
Ahora el objetivo es venderla en el centro cercano más poblado. Se cazan lapas y demás animales para comerciar, la mayor aspiración es el motor de gasolina y su combustible.
Desde la artesanía hasta la guiada de turistas, todo tiene un solo objetivo, que están aprendido, existe una cosa que concentra poder con el valor más grande: el dinero.
Ser indio no es cuestión de raza sino del modo de vivir. Estos hermanos pronto
solo les quedará la apariencia indígena, sin embargo, aunque tenían mucho que
enseñarnos sobre su cultura ecológica con que vivieron sus ancestros y que nunca presentó peligro alguno en ese lugar tan sutil como lo son los BTH, están atravesando un proceso que los ubica en un estadio donde no constituyen un sector estable y realizado de nuestra sociedad pero tampoco son los mismos autosuficientes ante la pérdida conocimiento étnico-ancestral, con todos sus valores y principios. De este ser intermedio, en plena transición, sólo queda un humano incompleto lleno de desconcierto y sin confianza en sí mismos, cuyas respuestas y manifestaciones en su comportamiento pueden ser lamentables.
Si estos pueblos no son valorizados desde sus propias culturas, en sus derechos como indígenas, toda lucha reivindicativa los llevará a que los clasifiquen, como un grupo marginal más de nuestra decadente sociedad. Así no se entiende la falta de control y previsiones al tratar de hacer contacto en este proceso, con sutiles etnias que están más alejadas como los Yanomamis, que apenas quedan unos 200.000 sobrevivientes. ¿Cómo se pude evitar manchar un pañuelo blanco de seda al tomarlo con una mano llena de grasa?

Sin embargo sobre esta selva amazónica, continúan las invasiones mineras y madereras, establecimiento de nuevos poblados, líneas eléctricas, gasoductos y
oleoductos, líneas férreas, nuevas vías terrestres y los mega-proyectos “de desarrollo” que definitivamente nos indica duramente: que no ha terminado la absurda conquista y colonización americana. Ahora se arremete contra el Amazonas, que como decía un naturalista escritor “es ya el único domingo posible de esa semana de verano y falsedad que con tanta tenacidad recorremos”.

Leobardo Acurero
Frente Ecologico PSUV

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